En esta vida de locura, de ritmos incontrolables, de no parar, la vida a veces nos da esa pausa que nos negamos.
Y enviamos correos electrónicos a los viejos amigos, a aquéllos a los que perdimos la pista.
Y pensamos lo que queremos hacer de nuestra vida.
Y viajamos.
Y recordamos porque tomamos ciertas decisiones.
Y recordamos a nuestros amigos, a los compañeros, de los que aprendimos. A los que quisimos, a los que odiamos.
Y recordamos los lugares comunes en los que nos forjamos, en los que nos derrotaron, en los que vencimos.
Y recordamos, en general. Tan corta es la memoria, tan rápido y cruel el olvido.
Y somos, durante un segundo, nosotros, los que fuimos.
Luego, con lo sentido, aprendido, seguimos el camino. No somos ya los mismos, hemos cambiado.