Tengo el recuerdo de una compañera eslovena sonriendo, radiante de felicidad. Me la crucé una noche en un restaurante turco. A su lado, su novio la acompañaba. Nunca la había visto tan sonriente, tan favorecida. Él la visitaba. Era amor lo que expiraba su mirada, su sonrisa.
Quizás nos movamos por esta vida con miles de líos, de preocupaciones y complicaciones, pero por más tiempo que pasa, no dejo de recordar "lo que realmente importa".
El amor, los amigos, la familia, LA FELICIDAD. Lo que queda al otro lado de la puerta, de nuestra vida cuando cae la noche, y todo se diluye, cuando tan sólo intentamos vencer la soledad.
Sentirnos queridos, menos solos y realizados con lo que hacemos. Mirarse cada día al espejo y sentir paz interior. Lo demás es nada.
De que sirve al hombre ganar el mundo, si pierde su alma? Decía creo una máxima ignaciana.
Para está claro que lo importante, por ello hay que luchar y solo con esas cosas la vida tiene sentido: una llamada de un viejo amigo, el rencuentro con un nuevo amigo, la sonrisa de la persona que amas, la certeza de ser coherente con tus valores.
Ser. No es tan solo eso? Ser....
Ser con uno mismo,
eterno y errante,
fluir en esta vida
sin ser
de que serviría?
