sábado, 10 de enero de 2009

Joyas de "un macarra ilustrado"

Uno siempre tiene reticencia a poner cosas ajenas en su blog. Como el profesor que teme a un sustituto que pueda ser mejor, cubriendo su ausencia, pero yo siempre creo en la humildad como valor supremo. Ni demasiado buenos, ni demasido malos. Como decía una amiga mía de otro tiempo "Eso pasará". Lo bueno se desvanecerá tarde o temprano, y lo malo también pasará, tarde o temprano.

Esto es una joya, de esas que leo por casualidad en http://www.morelliana82.blogspot.com/, del camarada Jaime. Me impresionó, y quiero compartirla con mis lectores, para que disfruten de poesía de calidad, corta e interpeladora (no es la mejor?)

PERCIBE


Percibe
mi corazón extremo
su sensibilidad
de papel mojado


la clara ceniza
de tus ojos
cuando no se cierran


somos apenas
un baldosín escuálido
entre otros rotos


somos apenas
el finísimo
venirse abajo
de la lluvia intranquila

jueves, 8 de enero de 2009

desazón

en las páginas de periódicos,
muertos a centenares.
Aquí, se preocupan por trabajar.
En los libros que leo,
desazones, desesperanzas
¿Qué fe en esta humanidad?
En las películas,
oscuridad, sombras
Y héroes que deben hacer
cosas terribles, por la justicia.
En la vida,
lenta calma
de destinos inciertos
Y en mi sueño
duda, incertidumbre,
reflexión.
El destino,
o esa oportunidad
de cambio.
La realidad,
o los errores que se repiten
y deseamos superlos "nosotros"
El futuro,
interpelación eterna
¿despertaremos, amigo?

Anselma

Conocí a Anselma, cuando aún no era lo que soy ahora. La conocí antes de Brujas, de la realidad, del trabajo, del Derecho de empresa. Ella, mujer de esas que siente en sus carnes la vida golpeando en cada esquina, y sigue viviendo. Ella, espiritualidad en un pequeño despacho, en los pleitos de los desamparados. En las calles del pequeño Ilo, en la pampa inalámbrica.
Ahora tiene malos momentos, como todos tenemos, pero ella ha tenido muchos. Ahora, duda en ponerse de pie, pero sabe que otros peores le esperan, y ya no falla. No sabría decirte cuantos pleitos de violencia doméstica o alimentos ha llevado. O cuántas esperanzas ha entregado. Pero sé, que hay determinadas miradas que te marcan, cuando cruzas los umbrales de esta tierra, y al otro lado del océano, cuando nosotros dormimos; otros siguen luchando. Incluso cuando nosotros no dormimos, pero descansamos, algunos siguen luchando.

Para una luchadora nata, que no pierde la fe, pero sí, en ocasiones la vida intenta quitarle las fuerzas

Errantes

representan la vida
que desafía a la muerte
en un cayuco, en las rocas de Algeciras.
Representan el valor
del abandono de todo,
incluso la última esperanza,
por el ser de la vida.
Representan,
el desarraigo, el miedo
que no les congela
ni el frío que no les mata.
Y que no me digan
que se arrastran
a la muerte en Melilla
por otra razón
que la tenue supervivencia