sábado, 30 de agosto de 2008

Para los que creen que la poesía no puede ser dura

De Ancia, de Blas de Otero, una poesía desgarradora y existencialista, del hombre clamando ante Dios, ante el silencio y el vacío que puede traer la vida.

HOMBRE
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!

Partidas (un viejo poema)

Nos vamos,
me voy.
¡Son tantas las despedidas
que me vieron dejar tantas tierras!
Albergo en el corazón
las miradas cruzadas, los gestos
los rostros que regresan
en la oscuridad del amanecer.
Mantengo en la memoria
los abrazos, las amistades, los amores
que juramos eternos.
Ahora me voy de nuevo.
Siempre me estoy yendo,
dejando tras de mí
pasos, gentes, tierras,
lo que queda de este ser;
con el tranquilo estoicismo
del hombre errante
que se sabe siempre
lejos de su hogar
(Arequipa, Perú, 21 Agosto 2007)

Al Sanedrín

"Como él mismo había sostenido alguna vez, la amistad se nutre de rondas de vino, estocadas hombro con hombro y silencios oportunos" (Arturo Pérez-Reverte)

¡Qué la vida nos traiga más rondas de noche, más silencios, más lecturas, más discusiones, palabras agrias, amargas, y dulces, y sobretodo, más estocadas hombro con hombro!

Hasta otra

Lecturas de Verano, ofertas para Otoño

Parece que estoy melancólico, triste, pesimista, o monotemático en cuanto a los Derechos Humanos. ¡Qué se le va a hacer, debe ser que es uno de mis hobbies!, tal como lo expresó un abogado sin alma, y puede que sin memoria, a una de mis compañeras de master durante una entrevista.
La verdad es que a veces escribo de noche, y puede que todo esto de los últimos días, debería también leerse de noche para entenderlo, quizás.
Entre tanto pesimismo, o crítica o lucha personal por evitar "la fragilidad de la memoria", desearía comentar algunos libros que me han resultado interesantes, y así animar a compañeros de aventuras a leerlos, quien sabe, y así poder comentarlos.

Para los que disfrutan con la historia contemporánea, y sobretodo se interesan por la Guerra Fría, recomiendo un revelador trabajo de investigación de Seymour M. Hersh sobre Kennedy, titulado "La cara oculta de J.F. Kennedy".
En dicha obra, un consagrado periodista de investigación norteamericano, tras más de 1000 entrevistas, desgrana la vida de JFK, analizando sus éxitos y fracasos, la vinculación de su vida privada, y ante todo, echando abajo unos cuantos mitos acerca de este personaje, casi "legendario".
En un segundo lugar, comentar la interesante lectura de John Le Carré.
En este caso, de "El Infiltrado" (The hotel manager). Este autor, considerado como el maestro de la intriga y el espionaje por muchos, es una lectura siempre aconsejable. Puede que sea un best-seller, que lo es, pero sus historias de entramados de intriga, enganchan, y nos hacemos reflexionar sobre los nudos de conexión de muchas cosas en nuestra sociedad actual. Las sombras de la política, la investigación farmacéutica, o en este caso, del crimen organizado. En la historia que recomiendo, un hombre se infiltrará en una organización de venta de armas, y mientras te muestra la cruel y difícil vida del infiltrado, te relata los entramados de poder del gobierno británico, y su servicio de inteligencia, que al margen del hombre de campo que se juega el tipo, buscarán sus intereses personales y profesionales.

El tercer libro, es "Un día de cólera" de Pérez-Reverte. Una crónica historia en la cual el autor coloca las piezas del 2 de Mayo, mostrando la reacción popular, presentando una visión pictórica de la violencia y la carga militar de ese día cruento, sin intervenir más que para permitir que el lector sienta en su espalda, que respire ese ambiente, pudiendo juzgar por sí mismo todo lo que allí pasó.

Cuando le conocí, ya estaba muerta

Cuando le conocí, yacía muerta en el delgado hueco del ascensor. Fría, en silencio. Como ellos siempre quisieron, como nunca pudieron. Cuando la conocí entendí muchas cosas, todos las entendimos. Recordé muchos detalles: lugares, ejércitos, y hombres en las sombras. Como tantas personas se jugó la vida. Y pagó con ella pues no pudieron arrancarle ni su lengua ni su pluma.
Como tantas otras personas, vivió realmente. A veces nosotros no vivimos, simplemente estamos en estas tierras, trabajando, leyendo, estudiando, y saliendo de juerga. Ella agradecía cada día, arriesgaba su piel por gentes sin voz. Ella, una más de ese pueblo inmenso que durante décadas masacró a tantos, y que encontró en Chechenia el lugar, el infierno donde condenar a los culpables.
Cuando la conocí, yacía muerta. Su muerte, como la de otros tantos hombres sencillos, nos recuerda tantas cosas.
En primer lugar la importancia de la memoria, en segundo lugar, nos interpela, pues como decía hace poco Vargas Llosas sobre Solzhenitsin (otra lectura siempre pendiente):
"Fue uno de esos seres incorruptibles que nos asustan porque su sola existencia delata nuestras debilidades."
Ella fue la palabra en un país de silencio sepulcral, ella fue una voz incómoda, y ahora que estoy leyendo su "La deshonra rusa", entiendo más las oscuridades de este mundo, y permito que una voz moribunda, surja de cada página, de cada historia, atrocidad o barbaridad de un ruso, que en el fondo, es la terrible llamada a la conciencia de cada uno de nosotros, que tras el amanecer de cada día, olvidamos las guerras lejanas, los muertos, los heridos, y todos aquéllos seres de teletipos que luchas por sobrevivir, o por vivir "realmente"

viernes, 29 de agosto de 2008

A veces, en octubre, es lo que pasa...

Un poco de poesía para sobrevivir la vuelta a la realidad de muchos. Puede que no sea octubre, pero el verano empieza a escaparse de nuestras manos, y lentamente nos sumergimos en una rutina que nos invadirá el cuerpo y el alma. Llegado el momento, para hacer frente a tantas cosas, nada como el estoicismo de una mirada, una sonrisa y el candor de unos versos tenues:

Cuando nada sucede,
y el verano se ha ido,
y las hojas comienzan a caer de los árboles,
y el frío oxida el borde de los ríos
y hace más lento el curso de las aguas;
cuando el cielo parece un mar violento,
y los pájaros cambian el paisaje,
y las palabras se oyen cada vez más lejanas,
como los susurros que dispersa el viento;
entonces,
ya se sabe,
es lo que pasa:
esas hojas, los pájaros, las nubes,
las palabras dispersas y los ríos,
nos llenan de inquietud súbitamente
y de desesperanza.
No busquéis el motivo en vuestros corazones.
tan sólo es lo que dije:
lo que pasa.
(Ángel González)

La Comisión de la Verdad y la Reconciliación

"La Comisión de la Verdad y de la Reconciliación (CVR) fue una comisión peruana encargada principalmente de elaborar un informe sobre la violencia armada interna, vivida en el Perú durante el periodo entre los años 1980 y 2000. Fue creada en junio de 2001 por el presidente provisional Valentín Paniagua, convocando a diferentes miembros de la sociedad civil. Fue presidida por Salomón Lerner Febres, entonces rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además de la investigación de la violencia terrorista de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), intentó profundizar en las causas de esa violencia y en la dura represión militar contra estos movimientos terroristas, que cobro principalmente víctimas civiles en este fuego cruzado. Para ello, recogió el testimonio de 16985 personas y organizó 21 audiencias con las víctimas de la violencia, a las que asistieron más de 9500 personas. El Informe Final se hizo público el 28 de agosto del 2003, ante el presidente peruano Alejandro Toledo.
(Wikipedia)
A la derecha de esta página, en homenaje a Perú y sus gentes, he colgado un vídeo muy corto, en el que se puede intentar conocer un poco más esta historia de masacre y del impacto en la población. En un intento de que seamos conscientes de que hay calvarios, y zonas cero en tantos lugares de esta tierra....

Para los que pudiera interesar, una copia del informe de la CVR está en la red:

http://www.derechos.org/nizkor/peru/libros/cv/i/1.html

Límite moral




"Al margen de lo que afirman los médicos, neurólogos y psiquiatras sobre nuestras posibilidades infinitas, cada hombre dispone de una resistencia moral limitada, más allá de la cual se abre un abismo personal. Esto no significa necesariamente la muerte. Puede haber situaciones peores, como la pérdida total de la propia humanidad en respuesta a las innumerables atrocidades de la vida. Nadie puede saber de qué será capaz si se ve envuelto en una guerra"

Anna Politkovskaya, "La deshonra rusa"

viernes, 8 de agosto de 2008

El Cabo San Vicente o el Fin del Mundo


El cabo San Vicente se encuentra en el extremo Sur de Portugal, en una especie de inclinación final. Mi viaje desde Tavira fue impresionante, pues no sé si por casualidad o si la mayoría de las veces es así, pero la niebla cubría todo el cabo. Tras pasar por zonas de un calor insoportable, de repente nos adentramos en las inmediaciones del cabo de San Vicente, y la humedad lo inundaba todo. Hacía frío, y no se veía el final del cabo, ni casi el mar. Pero ese súbito cambio de clima, se acompañó además con un pintoresco paisaje de gentes.
En un momento, unos tenderetes de vendedores de ponchos, gorros, chubasqueros, se entremezclaban con personajes venidos de todas partes.
Mi memoria retuvo particularmente a uno de ellos. Era extranjero, estaba algo quemado por el sol, con el pelo rapado y sin camiseta. En sus labios, un cigarillo, y un rostro de duro de película, que supongo que estaría pasando frío, pues la humedad y el frío te penetraban en los huesos.
El lugar realmente se parecía a un finisterre, un fin del mundo, donde la niebla no dejaba ver el mar, ni lo que había más allá.

Pérez-Reverte o la fragilidad de todo

Los que me conocen un poco, entenderán que le dedique un post a este autor, que tanto me entusiasma, y con cuyo pensamiento tanto me identifico.
Ojeando en la biblioteca, en una de esas visitas en las que no vas a tiro fijo sino que te paseas, buscando algo, explorando a diferentes autores, encontré un libro que me rondaba por la cabeza hacía un tiempo: "Territorio Comanche". De este impresionante y crudo relato de los corresponsales de guerra, transcribo esto:

"Nos pasamos la vida creyendo que nuestros esfuerzos, nuestro trabajo, lo que conseguimos a cambio de todo eso, son definitivos, estables, creemos que van a durar; que nosotros vamos a durar. Y un día el cielo nos cae sobre la cabeza. Nada es tan frágil como lo que tienes, se dijo. [...] Y lo más frágil que tienes es la vida"

El café Bukowski, y la poesía como respuesta

"Yo no sé ustedes, pero si yo no puedo escribir poesía, me pego un tiro" - dijo aquél hombre, entre el humo y la oscuridad del antro.

Las miradas expectantes,
las almas errantes,
y mi cabeza asintiendo
en el silencio de su recital.
La poesía
como lo poco que queda de mí.
La poesía
como la búsqueda constante,
como el eterno retorno,
como mi vida.
La poesía
como ausente, vacío reciente,
como el viajero que por fin
regresa a estas páginas,
a mi vida.
La poesía
como alternativa
al balazo en la cabeza,
como arma
para renegar de la cordura.