lunes, 24 de noviembre de 2008

Poder

poder, Luk oil,
la vida y la muerte
en una discoteca,
en las selvas del Congo.
Poder,
certeza, seguridad.
Las calles de Bagdad,
los juzgados de Belfast.
Poder,
encontrarte en cada esquina,
cruzar tu mirada,
ser reflejo de un alma.
Poder,
voces en la noche,
decisiones,
lealtades, sms,
Poder,
la fragilidad
o la permanencia
de esta memoria.
Poder,
recuerdos,
sombras y luces,
los fracasos de esta vida.
Poder,
la esencia
de la victoria
y de la derrota.
Poder,
búsqueda incansable
de la supervivencia,
de la existencia.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Dallas, 22 de Noviembre de 1963

Han pasado unos años, y estos minutos no dejan de impresionar a generaciones. Hoy se celebra el aniversario de ese trágico paseo en limunsina por Dallas de J.F.K, y aún parecen inexcrutables esos segundos en los cuáles un presidente de EEUU es asesinado delante de una multitud, sin que aún hoy en día se pueda dar con claridad una explicación de lo que ocurrió realmente.


martes, 18 de noviembre de 2008

Algo más alegre (en proyecto)

Ellos vigilan el muro

ellos vigilan el muro,
con recia mirada,
con rostro impasible.

Ellos, en pisos francos,
en madrugadas en los Pirineos,
cuándo el frío arrecia,
y son las 3:30.

Ellos, cargando ataúdes,
con pocos medios,
con ilusiones plenas.

Ellos, sin medallas,
sin bonus de cumplimiento,
sin éxito social.

Ellos, evitando lo imposible,
protegiendo lo incierto,
ellos;

disparados a traición
en una cafetería,
desarmados,
en una esquina.

Ellos vigilan el muro,
y dicen que nada te pasará,
cuando a las 3:30
tú descansas,
y ellos patean la puerta
de otra realidad

Desazón, ira, rabia y tristeza

Últimamente la realidad supera a la ficción, y le da vueltas de retorcida crueldad. Hay guiones sanguinarios, cruentos, dolorosos, pero la vida es el más duro guión.
Las noticias a veces nos hunden, y estas semanas los golpes caen uno detrás de otro. Hubo alguien que una vez dijo que de lo que no se habla, es como si no existiera. Por ello quería compartir una noticia, que si bien difícilmente ha pasado desapercibida, desearía hacer un eco mayor. Luego dirán que si soy un melancólico o este blog es demasiado triste, pero no puedo conformarme con callarme algo que me "interpela" hasta en el gimnasio, cuando ponen el telediario.

La noticia: tres chicos, dos de hechos mayores de edad, queman utilizando una colilla y acelerante, a una indigente en un cajero. Ella muere. Hace una semana se les condena a 17 años de cárcel a los mayores, y a 8 de internamiento al menor.

La noticia para mí es particularmente dolorosa, no porque es una indefensa indigente atacada por tres chicos, sino porque el vídeo de seguridad del cajero muestra las risas, la frialdad, casi psicopático de los chicos.

La noticia es para mí particularmente dolorosa, porque ellos intentan fastidiarle, pegarle o no sé qué por la tarde de esa día, y ella nos echa y cierra con llave. Pero vuelven, y uno de ellos, al que desgraciadamente ella no reconoce llama, y ella le abre. Posteriormente entran el resto, armados con una sustancia inflamable y unas colillas que han pedido a un transeúnte que les encienda. Sin dudarlo, con rostro frívolo y sádico le rocian, le prenden fuego y cierran la puerta mientras ella intenta llegar a ésta.

Y hoy bajan la cabeza en el juicio, avergonzados, y doloridos. Alegando una travesura, cuando hay una persona inocente, indefensa que no quería pasar los 5 grados de temperatura de la calle, que hoy no está en este mundo.

No encuentro palabras para describir la ira, la desazón, para intentar disimular esas ganas de estar allí, detenerles, y salvar una vida arrancada por quienes para mí no tienen alma.

Hoy sólo encuentro ira, desazón, rabia y tristeza

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Rabia

rabia,

rabia incontenible

ante la cobardía

de tus palabras,

ante la certeza

de tu odio eterno.

Rabia,

ante la imagen

de la vil traición

a este sistema,

a la esencia humana.


Implacable respuesta,

la soledad,

sin ápice de piedad

ante los que no la albergan,

cuando una mirada moribunda

les suplica perdón.


Rabia, imposible

negar el odio

contra ellos,

los que arrancaron

tus lágrimas, tus gritos.


Recuerdo, deuda eterna,

ante tu dignidad ardiendo

en la prisión de tu cajero,

ante la debilidad nuestra.


Rabia, odio eterno,

sin remordimiento

ante ellos,

cobardes asesinos,

risa, burla, sangre entre sus manos.
Memento ante la muerte
de esos crueles verdugos
que el rostro ocultan,
que la clemencia piden.
Clemencia que no te dieron,
muerte que no evitaron,
soledad que les otorgo,
cerrazón de unos cuerpos sin alma,
que ni esperanza merecen,
que ni vida ya poseen.

sábado, 1 de noviembre de 2008

La debilidad del superhombre

A veces el superhombre mira su reflejo, y siente pavor. Estupor y miedo a lo desconocido.
Ha recorrido las selvas más peligrosas, ha culminado la escalada de las cumbres más afiladas, ha vencido a innumerables enemigos, pero cada paso es diferente al anterior. Cada aventura, insólita situación, peligro o reto, es nuevo; y por novedad, intrigante, escurridizo a sus manos temblorosas, a su invencible voluntad.
Cada nueva pisada es un riesgo, e incluso un superhombre tiene sus debilidades. Y sobretodo el superhombre, tiene sus debilidades.

Poemas apócrifos I

SILENCIO
Silencio,
o entendimiento tácito
de susurros, gestos , pareceres.
Silencio,
hábito al lugar donde
las palabras
sobran, el tiempo falta.
El silencio
de estas paredes
oblicua soledad,
independencia, productividad.
El silencio,
inerte asentimiento, palabras,
muda certeza, creencia, existencia.
El silencio
respuesta tenue
de la sombra,
del día que se va

martes, 21 de octubre de 2008

Darkness

Hasta un fantasma
tiene sus sombras.
En la grandeza de toda luz,
yace emergente, la oscuridad.
El frío vuelve
recurrente e implacable
ante todo calor,
ante el pasar
de estos años.
Hasta el poeta
tiembla en su poesía.
Ocultarlo, negarlo
es negar esta guerra
en las que las sombras
ganan batallas

Estoy cansado

Estoy cansado,
el camino ha durado
demasiado, no estabas conmigo.
Estoy cansado,
el tiempo y el espacio
me vuelven a vencer.
Estoy cansado,
de nuevo vuelvo
a ser humano.
Estoy cansado,
por las batallas perdidas;
por la fragilidad de mi memoria.
Estoy cansado,
pero aquí estoy.

domingo, 19 de octubre de 2008

Fortuna y gratitud

"Por eso, cuando el sol se pone, se arrodilla y agradece el Manto Protector que lo rodea."
(Paulo Coelho)
La vida me trata bien, el viento viene de cara, y tengo compañeros con los que capear el temporal. Los he probado, y han respondido. Hemos compartido mucho, y mucho quedará por compartir, si me siguen dando el honor de su confianza.
La vida me trata bien, y encuentro una mirada con las que cruzarme en los pasos de esta vida, con la que compartir sonrisas, gestos y complicidades, y toda palabra de locura o desazón que sale de mi boca.
La vida me trata bien, en una familia, que siempre está al pie del cañón, dándolo todo.
La vida me trata bien, en el día a día.
Por todo ello, a cada uno de los que están allí, gratitud eterna.
Por todo ello, día a día, humildad ante la suerte que me toca cada día que "la vida (sigue) invitando a una ronda).
Por todo ello, vigilancia constante, conocimiento de la realidad, sin dejarnos engañar demasiado, sin olvidar a los del otro lado, a los que "tienen problemas", a los que sobreviven cada día, y en algún momento tuve el honor de poder ayudar en algo. Por todo ello, no olvidar nunca que nosotros tuvimos la cara al nacer, el paraíso, que aunque puede ser duro en ocasiones, nunca será como el "Edén prohibido" al que ellos fueron sometidos, en el que viven día a día, luchando por las migajas que les dejamos.

Un segundo tributo, este de denuncia

Porque tu te lo mereces, porque compartimos esa visión crítica, de denuncia no pasiva, de no olvidar, ni cerrar los ojos, de no permitir la victoria de la ignorancia, pues lo que no se conoce, es como si no existiera.

Por ello, compartir con mis lectores (alguno que otro me ofrece el honor de leerme) esta otra joyita de poesía de actualidad de Jaime Cerezo, denunciando, indignándose con verso duro y sin limar asperezas, ante tanta masacres de cuerpos, almas e hipocresía; ante tanto silencio.

ATRAPADO

atrapado en la cuneta del olvido
este fecundo amortiguarse el alma
en el taller de convulso de la mercadotencia
beneficia todas mis aspiraciones de de poeta
más proliijo que la nada
cabe decir que en estas sumas
yo divido
pues hoy es noticia el patio trasero de rusia
la georgia mal cuidada por
la onu ese jardinero resfriado
365 díás al año
allí convalece el omnipresente
olvido
que agarrota familias en poda
por esta época del año
las únicas hojas perennes
que trae la prensa
hablan de lo de siempre
cómo tragarte el orgullo
cuando te han matado
no a ti sino a tu hermano
qué hacer cuando te acribilla el odio
y la única salida
es el olvido
lastrándote en la agenda
lacerándo esperanzas
ésas son las invitaciones del día
para mí ciudadano de primer mundo
con tarifa de i pod y cloro de piscina
en los oídos
pero está claro que la única moneda
que no devalúa es el olvido
es el único armario en que se esconde
la maltratada existencia
y es la única nube que todos
masticamos
hay quien también lo llama
supervivencia
pero ése
no es de nuestro mundo
el olvido es el lenguaje universal
la mirada que transita
toda la humanidad
y es hoy
también la chepa lustrosa
que me poesiona

Un tributo

Un buen poeta (y en mi caso, un simple tío que escribe algo parecido a dos versos juntos) se inspira en otros, se enriquece leyendo. Muchos buenos escritores se consideran ante todo, lectores. No quería dejar pasar esta fiebre actualizadora de mi blog, sin rendir tributo a uno de esos compañeros de trincheras, de los que llamas y te contestan al segundo, honrándote con sidra y bravas, o Bukowski y conversación. Otro simpático ser, de ésos a los que les das por los versos, y a veces presume de ellos.

Esto es suyo, ahora también es vuestro:

Es algo antiguo, pero a mí me gustó bastante en su momento, y considero que tiene versos increíbles, y los dos últimos siguen impactándome:
RESONANCIAS
Por Jaime Cerezo:
La mentira
esa cuerdaque restringe la luz
y nos lleva muy lejosde dónde estábamos
como una soga nos ahoga
no hay otra formade respirarlo
a solas
Porque quiebra el pasado
antes que el amor
y así cruje de tristeza
la confianza en uno mismo
La inocencia es un lujo
que hay que merecerse

Un tipo duro


Con una mirada seca, un gesto serio, y la fuerza y destreza suficiente para sobrevivir. Así era el Clint Eastwood del oeste. Así era "el bueno", en "The good, the bad and the ugly".
Un tipo duro que se enfrentaba a los delincuentes sin pestañear, sin dudar en su disparo, poniéndose en su pellejo.
A veces, cuando uno ve esas tramas de delincuencia organizada, o esas redes de corrupción, muchas veces con connivencia de nuestros servidores (porque aunque a veces nos olvidemos, son ellos los que nos sirven a nosotros, y no al revés), piensa en lo que podría hacer un Eastwood ante mala calaña.
Puede que un poco de dureza y mala leche ayudara
contra esos seres sin almas que explotan a inmigrantes, delinquen y matan sin piedad, en las oscuridades de nuestras calles, de nuestro mundo.

sábado, 18 de octubre de 2008

Restos que "interpelan"

Últimamente me cuesta la poesía, no lo voy a negar. Quizás versos desgarradores, melancólicos o exasperados, pero en general me cuesta. Debe ser que estoy en una de esas épocas reflexivas de la vida. Lo que sí sé es que no paro de plantearme cosas. Además en los momentos más cotidianos: en el autobús, camino del trabajo, en el trabajo. Es verdad que siempre se me ha dado bien esto de sacar una lección de cada cosa: de los golpes. de los aplausos, y hasta de la película más mala que puedas imaginar.

Últimamente me "interpelan" (palabra que me encanta, y estaría dispuesto a apadrinar, en estos tiempos de oscuridad donde a veces el lengua se simplifica demasiado) muchas cosas. Me interpela la "dictadura de la burocracia" a la que estamos sometidos. Un formulario, del formulario del formulario. Un certificado de empadronamiento, para probar que realmente vives en dónde vives, un certificado de un certificado, una fotocopia de...
Para cualquier trámite tienes que realizar otros dos trámites adicionales, y encima tienes que ir de un sitio a otro, o entrando en varias páginas de internet.

Pero también me interpelan otras cosas más profundas, que conste!
Me llaman la atención las historias pasadas, los restos que hemos dejando en tantos sitios, las personas que cruzaron nuestros pasos. A veces, en una calle, en un lugar determinado recuerdo una historia, una mirada, un gesto. Algún rostro conocido, al que amé, o juré amistad eterna, o simplemente con el que compartí en el pasado comidas, cenas o juergas.
En más de una ocasión me pregunto dónde estarán compañeros míos de otros tiempos, queriendo como Woody Allen en "Annie Hall" que cada uno, a los que conocí en el colegio o instituto, me dijera qué hace ahora, o dónde está.

Entre otros restos que me interpelan, figura la naturaleza humana. Sí, me pregunto ahora que voy más en autobuses colapsados, en hora punta, sobre ¿quiénes somos?
Me pregunto sobre la confianza, y esta sociedad de combinaciones, candados, cerraduras y contraseñas.

¿Alguna vez nos hemos fiado los unos de los otros? ¿En algún momento, en una caverna, en el poblado en mitad de una llanura, un hombre ha mirado nítidamente a otro sin desconfiar? ¿Ha dormido el ser humano a pierna suelta sin agarrar un palo bajo su almohada, sin temer que el "compañero" le robara?
¿Hubo algún momento, algún limbo en que no existió esa desconfianza, y la quebramos?

Aunque, son nada más que restos de interpelaciones, en días y noches en vela...

sábado, 11 de octubre de 2008

¿Y quiénes somos realmente?

¿Podrías responder tú? ¿Podría responder yo? ¿Cuál es nuestra naturaleza, nuestra esencia última? ¿Qué es lo que se esconde tras nosotros cuando la noche cae y "somos" reales?

viernes, 10 de octubre de 2008

El Nuevo

Para los que sonríen demasiado, son diligentes al máximo, se preocupan por los detalles, se sienten perdidos, o les cuesta el trabajo que acaban de comenzar. En otras palabras, para los que también son...

EL NUEVO
Viene contento
el nuevo
La sonrisa juntándole los labios
El lapizfáber virgen y agresivo
El duro traje azul
de los domingos.
Decente,
un muchachito.
Cada vez que se sienta
piensa en las rodilleras
Murmura si señor,
se olvida
de sí mismo.
Agacha la cabeza
escribe sin borrones
Escribe, escribe
hasta
las siete menos cinco.
Solo entonces
suspira
y es un lindo suspiro
de modorra feliz
de cansancio tranquilo.
Claro
uno ya lo sabe
se agacha demasiado
Dentro de veinte años
quizá
de veinticinco
No podrá enderezarse,
ni será
el mismo
Tendrá unos pantalones
mugrientos y cilíndricos
Y un dolor en la espalda
siempre en su sitio.
No dirá
si señor,
dirá viejo podrido
Rezará palabrotas
despacito
Y dos veces al año
pensará
convencido
sin creer su nostalgia
ni culpar al destino
Que todo
todo ha sido
demasiado
sencillo.
(Mario Benedetti)

martes, 7 de octubre de 2008

2 años sin Anna

Anna Politkovskaya fue abatida en el ascensor de su casa hace dos años.
La que fuera una de las periodistas más independientes del mundo, y más particularmente de Rusia fue asesinada. Tras años de supervivencia tras las líneas enemigas en Chechenia, haciendo entrevistas, denunciando. Incluso mediando en el secuestro de rehenes en el Teatro de Moscú durante la obra teatral Noord-Ost, murió en un lugar mas seguro. En su casa, en Moscú.

Como sólo existe aquella realidad de la que nos acordamos, simplemente quería recordar a Anna.
De nuevo un ejemplo de coherencia que nos recuerda nuestra debilidad, nuestra vida cómoda. Una coherencia aplastante, que lamentablemente suele terminar en muerte.

"No hay camino para la paz, la paz es el camino" (Gandhi)
"El guerrero de la luz es implacablen con la traición" (P. Coelho)

Un poco de Pérez-Reverte

Un poco de Pérez-Reverte, que siempre viene bien. Para otra vez, con el copyright y los permisos, citaré a mi gran poeta y amigo Cerezo. Hasta entonces, esperando esa licencia, disfrutemos de la última columna de Don Arturo:


PATENTE DE CORSO
Videos, libros y piernas largas
ARTURO PÉREZ-REVERTE XLSemanal 5 de Octubre de 2008

Suelo comprar los deuvedés donde antes compraba los vídeos, en la sección adecuada de una tienda donde los empleados –casi todos mujeres– son extremadamente competentes. No recuerdo ni un solo caso en el que hayan consultado el ordenata para buscarme una película. Maribel, que así se llama la dependiente más veterana, y sus compañeras siempre saben si está agotada o no, si viene de camino o en qué lugar exacto se encuentra, y a menudo hasta la han visto, o la conocen. La de Grace Kelly, se dicen unas a otras. Con Cary Grant. Al fondo a la derecha. Ésa es la ventaja de que te atiendan personas para quienes el trabajo no significa sólo un mero trámite de jornada laboral. Puestos a ello, procuran desempeñarlo con eficacia y vergüenza torera.

No siempre es así, claro. Y cuando no lo es, se nota más. Es molesto decir hola, buenas, busco tal, y que el dependiente no tenga ni idea. O que le dé lo mismo colocarte jota que bolero. Eso, que en cualquier sitio resulta incómodo, se vuelve desagradable cuando hay cultura de por medio. Nadie entra en la librería o en una sección de música clásica como quien va a comprar ultramarinos –bellísima palabra, por cierto, que deberíamos usar más a menudo–. Siempre esperas, al menos, cierta correspondencia entre la materia y el agente que te la suministra, cuando no complicidad. Por eso ahí las decepciones son mayores. Más tristes los equívocos.

Mis libros los compro en librerías pequeñas, salvo excepciones. A veces hay prisas o circunstancias que me obligan a entrar en tiendas grandes. No tengo queja, aunque a veces se dan situaciones absurdas. Quiero decir que situar a un empleado analfabeto en una sección determinada puede no tener consecuencias graves para la buena marcha de una tienda en general; pero ponerlo a despachar libros es otra cosa. Pensaba en eso el otro día, cuando entré en la sección de librería de una tienda grande buscando un volumen concreto de las Vidas paralelas: Alejandro y César. La jovencita que me atendió no tenía ni idea de qué le estaba hablando. Le sonaba a chino. «Busque en Plutarco», sugerí. Al fin, voluntariosa, localizó la obra en el ordenador y trajo un ejemplar de la Colección Gredos. Plutarco. Vidas paralelas. Arístides, Catón. «Le pedí el que tiene las de Alejandro y César», dije. «No se preocupe –respondió convencida, radiante–. El ordenador dice que es obra completa.» Me llevó poco tiempo explicarle que las Vidas paralelas es obra completa, en efecto, pero repartida en varios volúmenes. Y que me había traído uno de ellos, mientras que yo le pedía otro. La moza lo entendió al fin, me trajo el libro correcto y nos separamos tan amigos. Pero no pude evitar preguntarme cuál era la preparación cultural, no de aquella chica, que trabajaba en donde podía, sino del responsable que la había puesto en la sección de librería, y no en la de cosméticos, por ejemplo. Ella habría sido más feliz, seguramente. Y los clientes también.

Mi episodio favorito con esto de los libros y quienes los venden ocurrió hace un par de años en la estación del AVE de Sevilla, y celebro tener hoy pretexto para contarlo. Estaba sentado en un banco, leyendo un libro mientras esperaba la salida de mi tren. Una atractiva jovencita muy maquillada, con falda corta y piernas espectaculares, se me paró delante, llevando en las manos una carpeta llena de papeles y una revista del Círculo de Lectores. «Hola –me tuteó sonriente, con tonillo frivolón y ligeramente pijolandio–. ¿Te gusta leer?» La miré por este orden: piernas, ojos, revista del Círculo. «Algo», respondí, cerrando el libro que tenía en las manos. Hizo entonces un simpático movimiento de caderas, sugerente, como en los anuncios de la tele. «¿Conoces el Círculo de Lectores?» La miré pensativo. Luego dirigí la vista hacia el escaparate de la librería de la estación, donde estaban expuestas dos novelas mías. «Fíjate si lo conozco –respondí–que en esa revista que tienes en las manos sale mi foto.» Me miró durante cuatro segundos, fijamente. «¿Co-como que tu foto?», balbució al fin. Tenía la misma sonrisa comercial que antes, pero un poquito rígida. Incrédula. «Sí –dije–. Anda, mira dentro.» Todavía sonreía como si se hubiera olvidado de dejar de hacerlo. Una sonrisa disecada. «¿Y co-cómo te llamas?», preguntó mientras pasaba páginas. Le dije mi nombre en el momento en que, supongo, llegaba a la doble página donde se anunciaba el último Alatriste: Corsarios de Levante. Entonces se le cayeron todos los papeles al suelo.

Al rato apareció con su superior, que andaba por allí. Se disculpó éste con mucho embarazo, y yo le dije que no tenía por qué. Que la vendedora era encantadora y que nadie tenía obligación de conocer mi careto. Faltaría más. Después, cuando se alejaban, miré otra vez las piernas de la chica. Comprendía perfectamente al jefe. Hasta yo me habría suscrito, oigan. Al Círculo. A donde fuera.

Interpelar, provocar, conmover

Siempre me gusta eso. No dejar indiferente, quejarme, poner de relieve. Efectivamente yo he sido voluntario para una ONG, y volvería a serlo. He dedicado un verano entero de mi vida, y creo en su trabajo. No niego el esfuerzo de muchos, y el trabajo no remunerado de una chica con peto verde que me hizo plantearme cosas que a veces se duermen. Simplemente me pareció curiosa la reflexión de este mundo de escasez, donde la economía lleva hasta a la necesaria supervivencia o ascenso de una chica de una ONG, que necesita conseguir afiliar a gente. ¡Qué no se me malinterprete!
Fue una reflexión inocente del sistema al que vamos a parar.
Evidentemente el dinero no da la felicidad, sino el equilibrio, la paz interior cuando vuelves a casa cada tarde, cuando tienes a alguien a quien querer, amigos a tu lado, y una familia apoyándote en cada decisión.
Pero mi post interpeló, aparecieron los comentarios, y aunque sea sirvió a los que me lean para plantearse algo, recordar algo, o saber algo. Ojalá todos los días interpelara a alguien, les hiciera plantearse qué piensan sobre tal tema, y les hiciera saltar, comentando, compartiendo, siendo.

No hay planeta B


Esta mañana encontré esta foto en el European Voice. Se trata de una manifestación anti-globalización en Suecia. Me parece un mensaje impactante, pero tan sencillo:
No hay un planeta B...sólo tenemos este...
¡Cuidado! ¡Cuidadlo!

Escribir, leer...

Nunca llego a ser consciente de lo que puedas leer aquí. Puede que nunca lo ojees, o a veces, o por casualidad. Puede que te intrigue, te interpele, o simplemente te aburra. El hecho es que aunque pocos comenten, otros pocos anoten, y alguno jure fidelidad, uno nunca es consciente de cuántos leen este blog.
Hay días que escribo por meses de silencio. Hay semanas en que mi vida es más intensa, y hay momentos en que pienso en mil post, que puede nunca se lleguen a materializar.
La verdad es que llevo más de 100 paranoias, historias, reflexiones, poemas, y mensajes que lanzar. Mucho de otros que he citado aquí: buenos fragmentos de grandes, poemas de referentes.
He compartido, en fin.
A veces he dudado si seguir. Otras me he cansado de escribir. Pero siempre ha habido alguno entre vosotros, los de lejos, los que comparten conmigo muchas veladas, discusiones, y pan tumaca. Alguno que me ha dicho aquello de ¡a ver si actualizas el blog!

Por esos insensibles que me animan a escribir, por los que me animan a vivir, por los que siguen disfrutando alguna frase de las que salen por aquí.

Por ellos, intentaré seguir compartiendo, pues escribir siempre escribiré para reflexionar sobre lo que me interpela, lo que me preocupa, los versos de esta vida.

PD: Pero si os animáis a darme ese feedback, los de siempre, o los nuevos, no dudéis en hacerlo

Los personajes desgarrados

Hace poco, en una de esas veladas de series, ojée una de esas que pasan de puntillas por la televisión, y que a veces te cruzas por internet. De nuevo historia de personaje quebrado. A veces uno piensa "¿no lo son todas?" Efectivamente, nos llaman, nos llegan, nos interpelan. Nos hacen vibrar, soñar, denunciar, temer. Historias de supervivencia, de almas rotas pidiendo auxilio. Aventuras de héroes caídos, sobreviviendo por ideales que les costaron más de una herida, una pérdida. Esperanza más allá de toda oscuridad.
Nos encontramos a gusto luchando hombro a hombro con Alatriste, ante una nueva batalla, ante una nueva conspiración.
Buceamos a pleno pulmón en los barrios bajos donde policias honestos luchan con la corrupción, y pierden a amigos intocables en cada rincón.
Nos adentramos a la esencia humana más profunda, cosiendo heridas, rasgullos y hombres sin esperanza que se arrojan ante cada ventana.
Quizás sea esa esencia escondida en la vida diaria, esa búsqueda que no colmamos con la tedia rutina. Quizás sea nuestra alma de lucha, esa pizca de humanidad que en algunos aflora mucho, en otros a veces, y en otras, de mucho en mucho.
Esa humanidad pegada en nuestra piel.

El hecho es que nos encantan, nos intrigan, nos atraen sus historias de supervivencia, deseando que termine su persecución, su agonía, que encuentren la esperanza, que a veces a nosotros nos sobra.
Pero sólo tal vez...

Incluso en las ONG hay comisión

Madrid, 20:30 de la noche.
Salgo del trabajo, camino los metros que me separan en Goya de mi parada de autobús. Me para una chica joven, con el típico peto verde de ONG. Estoy de buen humor, parece amable, joven, de las que sudan la camiseta, contando el rollo de la ONG durante unas horas com voluntaria. Accedo a que me explique cómo funciona. Me sorprende, me interpela. Me planteo realmente colaborar con una, de las buenas, de las dignas de confianza (conozco a las personas adecuadas para que me informen), tal vez una de los jesuitas. El hecho: le digo que me lo estoy planteando seriamente, que ha sido convincente. Ella duda, yo le digo que me lo pensaré. Se lo agradezco, le admito que le hablo en serio. Pero ella tenía comisión, y desea poder tener datos míos para inscribirme.
-¿Puedo llamarte en una semana, y si estás más convencido te inscribes?
Yo pienso: "lo importante es el fin, ayudar, ¿no?.
Se lo digo: Pero habrá más compañeros tuyos por aquí, ¿no?
- Pero así sería yo tu representante.
Yo no le doy mis datos, me voy algo interpelado en colaborar con algo de mi salario en Cooperación al desarrollo, pero pienso :"incluso en las ONG's hay comisiones".
Me repito: "incluso en las ONG's hay comisiones..."

sábado, 27 de septiembre de 2008

Retazos de Nueva York

Este fragmento es una imagen de Nueva York, fruto del insomnio, de una noche en vela, de la quietud del jet lag, de la sobria oscuridad justo antes del amanecer:

Lentamente amanece en Manhattan, entre rascacielos y sombras que los cobijan, titileantes luces que no cesan de brillar.Nuestro viaje empieza a encontrar su punto de placer, que ayer buscamos en la fría oscuridad de una Oficina de las Agencias de Fronteras.

Empatía con las quejas de algunos, certeza de la fragilidad de todo, en torno a una coincidencia, de un "hit" en un ordenador. Un nombre, una identidad. La vida englobada en un recuerdo, en una medida, en un rostro, ¿en un ser?.

El surrealismo del sueño, de los donuts, de la fuerza y el poder.

Manhattan amanece, y en esta encrucijada de rascacielos, Wall Street. Anticipado cruce de culturas, majestuosidad de arquitecturas imposibles, de reminiscencia de la visita, nunca vivida, pero ya visionada en una pantalla, en otro lugar.

El viaje en taxi por Brooklyn, es hora punta, y nuestro "yellow cab", hueco a hueco, se introduce por los caminos de esta ciudad. Hay casas de dos pisos, escaleras de incendios, negros, asiáticos, judíos y cristianos, hay una amalgama de culturas, de gentes diversas. Esto es NY.

Finalmente el puente de Brooklyn, la llegada a Manhattan, o el inicio de la búsqueda que llega a su fin. Manhattan, lo vivido, lo soñado, el viaje en este lugar. Corazón del imperio, Hollywood que nos vendieron ayer. El viaje, las calles, las gentes. Esto es NY

El naufragio o la búsqueda del infinito

Tu mirada, y el resto
de alma, de este naufragio,
de tanto ser,
de la sonrisa del destino.
Tu estela,
el crepitar de mis noches
en torno a tu vela,
en la historia de lo nuestro.

El infinito,
o el pie quebrado
y la imposible certeza
de no estar solo,
de la lucha como la vida.

Tu sombra, o el naufragio
hasta el infinito
en las lomas
de un gesto, de una palabra,
de una oración.

Los restos
de lo que fui,
de lo que me queda por ser

Desde la trinchera

Últimamente no escribo tanto. Bueno, escribir, escribo. Pero no estas cosas, que en el fondo son las que importan. Compartir una vivencia, denunciar una injusticia, o simplemente animar a otros a leer, a preguntarse, a oír la interpelación de la vida.

Últimamente he abandonado la comodidad del refugio, de las escaramuzas pasajeras, del estudio. Ahora me encuentro por fin en la trinchera. Codo a codo con la lucha del día, el estrés, el reto. Mirando a la vida a los ojos, y sintiendo la humanidad entre la paz y la guerra de esta ciudad.

Últimamente camino entre estas calles, cruzando a las gentes, sintiendo esta ciudad diferente, sin percatarme de que el que cambio quizás sea yo. De nuevo centrado en esta ciudad, disfrutando de ella, de los de siempre, los que comparten las discusiones que alimentan mi alma, con los que intercambian las ilusiones, los libros y las películas que no hay que dejar de ver.

Últimamente estoy de vuelta por aquí, entendiendo un país, un mundo, una humanidad, una esencia de ser, que no siempre es normal. Intentando buscar la racionalidad, a un hombre irracional, intentando buscar la lógica detrás de las decisiones, de los textos, de las conversaciones.

Últimamente he vuelto por estas calles, he llegado a mi despacho, o he ido en torno a las calles en las que fui. Y buscando encontrarme, a veces, me revelo en un pasado, que marcó las huellas que hoy soy.

Últimamente busco, pregunto, leo, y camino, en esta nueva senda que se abre en Madrid. De nuevo estoy de vuelta, o quizás hay otro que está de vuelta. He cambiado, y en las trincheras surge un nuevo hombre, que tiene ganas de vivir, de explorar las sendas de esta ciudad, de sus agentes y ver quién puedo llegar a ser.

martes, 2 de septiembre de 2008

Para innovar, un intento de micro micro relato

Ella subió al taxi segura, decidida, como una puerta que se cierra de golpe sin un resquicio de luz.
Él la siguió con la vista, sereno, con la indiferencia del alma escapándose de sus manos, con la certeza de la melancolía anunciada.
El destino les separaría en poco tiempo, pero ella no pudo soportarlo. Ella, la dulce soñadora, la sonrisa eterna, cegada por la luz de una desesperanza, por la muerte hecha retazos en un reloj de arena. Ella, que le arrojó a la realidad de anticipar el fracaso, de hacerle el trabajo sucio a ese destino, que en los días más soleados, sigue destiñendo amaneceres.
La vida se les fue de las manos porque ella perdió la fe, porque él no pudo contra la tempestad de su indiferencia, de un dolor que fue más intenso de lo que hubieran sido los últimos días.
Algunos dicen que aún grita su nombre, en la oscuridad de un apartamento lejano, abrazando la cámara, aquélla en la que él fue retratado tantas noches, o tan pocas, pero eternas.
Algunos dicen que él no fue el mismo, aprendió de los errores, evitando las tristes miradas pidiendo auxilio, buscando los corazones tenues por los que la vida sí te permite luchar, por la esperanza de un cuerpo dispuesto a compartir cada tempestad.
Pero mis pasos nunca me cruzaron con ellos, ni los que fueron, ni los que son. Tan solo me quedan estos recuerdos, pasados por tantas manos, y no alcanzo a entender qué de todo esto fue historia, qué fue real. Aunque en cada taxi, en cada despedida, un gesto, una señal, una estela se arrastra, como si ella aún estuviera allí, arrojándose al vacío, de nuevo en otra despedida.

La Teoría del Caos

"El simple aleteo de una mariposa puede provocar una tempestad al otro lado del mundo".
Con esta frase se ha resumida la Teoría del Caos, y en particular el efecto mariposa. Esto no demuestra ni más ni menos la interconexión y la imprevisibilidad de las cosas. Como, "dadas unas condiciones iniciales de un determinado sistema natural, la más mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione en formas totalmente diferentes. Sucediendo así que, una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande" (Wikipedia).
Un disparo en Sarajevo en 1914 pudo provocar inimaginables desastres y destrucción en diversos países. Pero la Teoría del Caos, puede verse en multitud de consecuencias menores, provocadas en ocasiones por acciones o hechos a miles de Km. En el fondo, es un referente más allá de la matemática, de como el mundo está interconectado.
Por ejemplo, sin ir más lejos, cada vez que acudo a mi Biblioteca Pública más cercana, tengo que pasar por un detector de metales y un escáner de mochilas. Es algo incómodo, y a veces cuando vas con el tiempo justo, mucho más. Ese escáner no existía hace unos años, casi te diría que no estaba antes del 11-S, y de toda la tensión aumentada por el terrorismo.
Más aún, el hecho de que encontraran a unos terroristas con explosivo líquido en Londres hace unos años, tiene como consecuencia que en cualquier punto de Europa o de EEUU una persona no pueda incluir una botella de agua en su equipaje de mano.
La Teoría del Caos ha sido superada con la interconexión de los sistemas actuales. Nada funciona en soledad, todo está unido o influenciado por otro. No hay un motor inmóvil sino motores en conexión: la bolsa, las tecnologías, la política, la sociedad... todos habitamos este mismo planeta, y las acciones en un lugar, no sabemos hasta que punto pueden tener consecuencias en otras tierras.

sábado, 30 de agosto de 2008

Para los que creen que la poesía no puede ser dura

De Ancia, de Blas de Otero, una poesía desgarradora y existencialista, del hombre clamando ante Dios, ante el silencio y el vacío que puede traer la vida.

HOMBRE
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!

Partidas (un viejo poema)

Nos vamos,
me voy.
¡Son tantas las despedidas
que me vieron dejar tantas tierras!
Albergo en el corazón
las miradas cruzadas, los gestos
los rostros que regresan
en la oscuridad del amanecer.
Mantengo en la memoria
los abrazos, las amistades, los amores
que juramos eternos.
Ahora me voy de nuevo.
Siempre me estoy yendo,
dejando tras de mí
pasos, gentes, tierras,
lo que queda de este ser;
con el tranquilo estoicismo
del hombre errante
que se sabe siempre
lejos de su hogar
(Arequipa, Perú, 21 Agosto 2007)

Al Sanedrín

"Como él mismo había sostenido alguna vez, la amistad se nutre de rondas de vino, estocadas hombro con hombro y silencios oportunos" (Arturo Pérez-Reverte)

¡Qué la vida nos traiga más rondas de noche, más silencios, más lecturas, más discusiones, palabras agrias, amargas, y dulces, y sobretodo, más estocadas hombro con hombro!

Hasta otra

Lecturas de Verano, ofertas para Otoño

Parece que estoy melancólico, triste, pesimista, o monotemático en cuanto a los Derechos Humanos. ¡Qué se le va a hacer, debe ser que es uno de mis hobbies!, tal como lo expresó un abogado sin alma, y puede que sin memoria, a una de mis compañeras de master durante una entrevista.
La verdad es que a veces escribo de noche, y puede que todo esto de los últimos días, debería también leerse de noche para entenderlo, quizás.
Entre tanto pesimismo, o crítica o lucha personal por evitar "la fragilidad de la memoria", desearía comentar algunos libros que me han resultado interesantes, y así animar a compañeros de aventuras a leerlos, quien sabe, y así poder comentarlos.

Para los que disfrutan con la historia contemporánea, y sobretodo se interesan por la Guerra Fría, recomiendo un revelador trabajo de investigación de Seymour M. Hersh sobre Kennedy, titulado "La cara oculta de J.F. Kennedy".
En dicha obra, un consagrado periodista de investigación norteamericano, tras más de 1000 entrevistas, desgrana la vida de JFK, analizando sus éxitos y fracasos, la vinculación de su vida privada, y ante todo, echando abajo unos cuantos mitos acerca de este personaje, casi "legendario".
En un segundo lugar, comentar la interesante lectura de John Le Carré.
En este caso, de "El Infiltrado" (The hotel manager). Este autor, considerado como el maestro de la intriga y el espionaje por muchos, es una lectura siempre aconsejable. Puede que sea un best-seller, que lo es, pero sus historias de entramados de intriga, enganchan, y nos hacemos reflexionar sobre los nudos de conexión de muchas cosas en nuestra sociedad actual. Las sombras de la política, la investigación farmacéutica, o en este caso, del crimen organizado. En la historia que recomiendo, un hombre se infiltrará en una organización de venta de armas, y mientras te muestra la cruel y difícil vida del infiltrado, te relata los entramados de poder del gobierno británico, y su servicio de inteligencia, que al margen del hombre de campo que se juega el tipo, buscarán sus intereses personales y profesionales.

El tercer libro, es "Un día de cólera" de Pérez-Reverte. Una crónica historia en la cual el autor coloca las piezas del 2 de Mayo, mostrando la reacción popular, presentando una visión pictórica de la violencia y la carga militar de ese día cruento, sin intervenir más que para permitir que el lector sienta en su espalda, que respire ese ambiente, pudiendo juzgar por sí mismo todo lo que allí pasó.

Cuando le conocí, ya estaba muerta

Cuando le conocí, yacía muerta en el delgado hueco del ascensor. Fría, en silencio. Como ellos siempre quisieron, como nunca pudieron. Cuando la conocí entendí muchas cosas, todos las entendimos. Recordé muchos detalles: lugares, ejércitos, y hombres en las sombras. Como tantas personas se jugó la vida. Y pagó con ella pues no pudieron arrancarle ni su lengua ni su pluma.
Como tantas otras personas, vivió realmente. A veces nosotros no vivimos, simplemente estamos en estas tierras, trabajando, leyendo, estudiando, y saliendo de juerga. Ella agradecía cada día, arriesgaba su piel por gentes sin voz. Ella, una más de ese pueblo inmenso que durante décadas masacró a tantos, y que encontró en Chechenia el lugar, el infierno donde condenar a los culpables.
Cuando la conocí, yacía muerta. Su muerte, como la de otros tantos hombres sencillos, nos recuerda tantas cosas.
En primer lugar la importancia de la memoria, en segundo lugar, nos interpela, pues como decía hace poco Vargas Llosas sobre Solzhenitsin (otra lectura siempre pendiente):
"Fue uno de esos seres incorruptibles que nos asustan porque su sola existencia delata nuestras debilidades."
Ella fue la palabra en un país de silencio sepulcral, ella fue una voz incómoda, y ahora que estoy leyendo su "La deshonra rusa", entiendo más las oscuridades de este mundo, y permito que una voz moribunda, surja de cada página, de cada historia, atrocidad o barbaridad de un ruso, que en el fondo, es la terrible llamada a la conciencia de cada uno de nosotros, que tras el amanecer de cada día, olvidamos las guerras lejanas, los muertos, los heridos, y todos aquéllos seres de teletipos que luchas por sobrevivir, o por vivir "realmente"

viernes, 29 de agosto de 2008

A veces, en octubre, es lo que pasa...

Un poco de poesía para sobrevivir la vuelta a la realidad de muchos. Puede que no sea octubre, pero el verano empieza a escaparse de nuestras manos, y lentamente nos sumergimos en una rutina que nos invadirá el cuerpo y el alma. Llegado el momento, para hacer frente a tantas cosas, nada como el estoicismo de una mirada, una sonrisa y el candor de unos versos tenues:

Cuando nada sucede,
y el verano se ha ido,
y las hojas comienzan a caer de los árboles,
y el frío oxida el borde de los ríos
y hace más lento el curso de las aguas;
cuando el cielo parece un mar violento,
y los pájaros cambian el paisaje,
y las palabras se oyen cada vez más lejanas,
como los susurros que dispersa el viento;
entonces,
ya se sabe,
es lo que pasa:
esas hojas, los pájaros, las nubes,
las palabras dispersas y los ríos,
nos llenan de inquietud súbitamente
y de desesperanza.
No busquéis el motivo en vuestros corazones.
tan sólo es lo que dije:
lo que pasa.
(Ángel González)

La Comisión de la Verdad y la Reconciliación

"La Comisión de la Verdad y de la Reconciliación (CVR) fue una comisión peruana encargada principalmente de elaborar un informe sobre la violencia armada interna, vivida en el Perú durante el periodo entre los años 1980 y 2000. Fue creada en junio de 2001 por el presidente provisional Valentín Paniagua, convocando a diferentes miembros de la sociedad civil. Fue presidida por Salomón Lerner Febres, entonces rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además de la investigación de la violencia terrorista de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), intentó profundizar en las causas de esa violencia y en la dura represión militar contra estos movimientos terroristas, que cobro principalmente víctimas civiles en este fuego cruzado. Para ello, recogió el testimonio de 16985 personas y organizó 21 audiencias con las víctimas de la violencia, a las que asistieron más de 9500 personas. El Informe Final se hizo público el 28 de agosto del 2003, ante el presidente peruano Alejandro Toledo.
(Wikipedia)
A la derecha de esta página, en homenaje a Perú y sus gentes, he colgado un vídeo muy corto, en el que se puede intentar conocer un poco más esta historia de masacre y del impacto en la población. En un intento de que seamos conscientes de que hay calvarios, y zonas cero en tantos lugares de esta tierra....

Para los que pudiera interesar, una copia del informe de la CVR está en la red:

http://www.derechos.org/nizkor/peru/libros/cv/i/1.html

Límite moral




"Al margen de lo que afirman los médicos, neurólogos y psiquiatras sobre nuestras posibilidades infinitas, cada hombre dispone de una resistencia moral limitada, más allá de la cual se abre un abismo personal. Esto no significa necesariamente la muerte. Puede haber situaciones peores, como la pérdida total de la propia humanidad en respuesta a las innumerables atrocidades de la vida. Nadie puede saber de qué será capaz si se ve envuelto en una guerra"

Anna Politkovskaya, "La deshonra rusa"

viernes, 8 de agosto de 2008

El Cabo San Vicente o el Fin del Mundo


El cabo San Vicente se encuentra en el extremo Sur de Portugal, en una especie de inclinación final. Mi viaje desde Tavira fue impresionante, pues no sé si por casualidad o si la mayoría de las veces es así, pero la niebla cubría todo el cabo. Tras pasar por zonas de un calor insoportable, de repente nos adentramos en las inmediaciones del cabo de San Vicente, y la humedad lo inundaba todo. Hacía frío, y no se veía el final del cabo, ni casi el mar. Pero ese súbito cambio de clima, se acompañó además con un pintoresco paisaje de gentes.
En un momento, unos tenderetes de vendedores de ponchos, gorros, chubasqueros, se entremezclaban con personajes venidos de todas partes.
Mi memoria retuvo particularmente a uno de ellos. Era extranjero, estaba algo quemado por el sol, con el pelo rapado y sin camiseta. En sus labios, un cigarillo, y un rostro de duro de película, que supongo que estaría pasando frío, pues la humedad y el frío te penetraban en los huesos.
El lugar realmente se parecía a un finisterre, un fin del mundo, donde la niebla no dejaba ver el mar, ni lo que había más allá.

Pérez-Reverte o la fragilidad de todo

Los que me conocen un poco, entenderán que le dedique un post a este autor, que tanto me entusiasma, y con cuyo pensamiento tanto me identifico.
Ojeando en la biblioteca, en una de esas visitas en las que no vas a tiro fijo sino que te paseas, buscando algo, explorando a diferentes autores, encontré un libro que me rondaba por la cabeza hacía un tiempo: "Territorio Comanche". De este impresionante y crudo relato de los corresponsales de guerra, transcribo esto:

"Nos pasamos la vida creyendo que nuestros esfuerzos, nuestro trabajo, lo que conseguimos a cambio de todo eso, son definitivos, estables, creemos que van a durar; que nosotros vamos a durar. Y un día el cielo nos cae sobre la cabeza. Nada es tan frágil como lo que tienes, se dijo. [...] Y lo más frágil que tienes es la vida"

El café Bukowski, y la poesía como respuesta

"Yo no sé ustedes, pero si yo no puedo escribir poesía, me pego un tiro" - dijo aquél hombre, entre el humo y la oscuridad del antro.

Las miradas expectantes,
las almas errantes,
y mi cabeza asintiendo
en el silencio de su recital.
La poesía
como lo poco que queda de mí.
La poesía
como la búsqueda constante,
como el eterno retorno,
como mi vida.
La poesía
como ausente, vacío reciente,
como el viajero que por fin
regresa a estas páginas,
a mi vida.
La poesía
como alternativa
al balazo en la cabeza,
como arma
para renegar de la cordura.

miércoles, 2 de julio de 2008

Retazos

- Un restaurante griego en Brujas.
- Ir en bici bajo la lluvia.
- Comer juntos, apretujados en una mesa, malteses, españoles.
- Hacer bromas malas en varias idiomas.
- Sonreír en lo bueno, en lo malo, incluso ante el "ham and cheese".
- Estresarse juntos, intentar relajarse, y conseguirlo.
- El baile del rector.
- El cortador de jamón.
- Fidelidades en diferentes idiomas.
- Caminar custodiado por mis "ángeles".
- Caminar, simplemente.
- Vivir entre Garenmarkers, vivir entre Biskajers.
-Comer bien los domingos por doquier.
- No hacer jogging durante 7 meses.
- Ser copiloto de un coche polaco.
-Rendez-vous à 1 heure pour déjeuner.
-Salir, ir al Speakeasy.
- Simplemente compartir lo que fuera entre las murallas de nuestra ciudad de cuento.
- Quejarnos de la lluvia incesante, de los syllabus, de Gormley...
- Vivir, compartir el Colegio.

Retazos de un año, de una experiencia de vida, de un encuentro, de almas errantes halladas entre el Markt y Dijver, entre la cantina y Gouden Hand, entre los canales y el Ring, entre "El Greco" y el "Republiek".

Retazos, restos del naufragio, de lo que fuimos en torno a esa ciudad.

Romper el hielo

Semanas y semanas sin escribir, la vida fluyendo entre lo imprevisible y la vuelta a la realidad. Encuentros y desencuentros en torno a miradas, luces y sombras, expectativas y decepciones, y más de una sonrisa.
A veces parece que todo se decidiera en un instante, en la oscuridad de la noche de Brujas, en aquél lugar donde, en apenas unos minutos, muchas cosas se quebraran.

En una jugada, en un error de cálculo, una dama que muere, y una partida que se pierde. El ajedrez como ejemplo de la fragilidad de la vida, donde los cálculos a veces no alcanzan la realidad, y el hombre se limita a clamar al cielo, rezar, renegar ante lo que de nuevo es, la imposibilidad de controlarlo todo.

Pero la vida también como el callejón inesperado en cuya vuelta descubrimos una persona, un amigo, la compañía añorada, la esencia de tantas cosas.

La palabra que nunca se pronuncia, el lugar recurrente de nuestra memoria, los pasadizos que la vida nos puso, y que a veces cruzamos en la grisácea tarde de domingo, cuando todo se viene abajo y la certeza no es ni religión ni guarida, sino objetivo inalcanzable en esta vida.

Romper el hielo, recuperar las viejas costumbres, escribir, inverosimilitudes, encontrar el toque, o simplemente recordar que como decía Heidegger, "el ser acontece". Dejarse llevar por muchas cosas, perder racionalismos, y otras tragedias, aprovechar este verano para leer, escuchar, sentir, romper el hielo de tantas cosas abandonadas, quizás también más de una fe.

domingo, 11 de mayo de 2008

La vida. Reflexiones de una tarde de domingo.

- He aprendido más humildad en cuatro semanas con el pie fracturado, que en años de lecciones sobre valores.
- Con lo que me que quedo de la vida es la certeza del golpe constante, y la oportunidad "cuando menos te lo esperas".
- Si me preguntas por la bondad humana, sólo te diré que hay personas por las que merece la pena luchar en este mundo.
- Si algo he aprendido tras estos años es que una mirada puede interpelarte una vez, otra, toda la vida.
- La grandeza no reside en la fuerza ni en el valor, sino en la voluntad, que puede con muchas cosas, y distingue a un "gran hombre" de un hombre.
- Confiar significa rendir tu orgullo, ponerte en manos de otro. En la batalla, en el fango, en estas trincheras yo he encontrado a personas, en cuyas manos pondría mi vida.
- Si me preguntas por el destino te diría que no creo, pero he visto demasiadas casualidades últimamente, me ha alcanzado tantas veces, y por caminos tan escurridizos...

jueves, 8 de mayo de 2008

James Bond morirá solo

James Bond morirá solo, pasando los últimos días de su vida, receloso y agrio, desconfiado.
Habrá yacido con las más hermosas mujeres, se habrá enfrentado con los más temibles villanos, habrá perdido compañeros y aliados, pero ¿habrá vivido?

Independiente, solitario, Sin confiar en nadie, sin aferrarse a nadie. No habrá entendido la vida, de que va este juego
Compartir con alguien, ser fuerte por los que están a tu lado, tener amigos, alguien con el que dar los pasos, gente que esté allí, a tu lado en la recta final, cuando todo se nubla y la esperanza cruje, y yaces tenue al borde del camino.

Vivir con los que te rodean, a los que no ves, pero sabes que están allí en lo bueno, codo a codo, y en lo malo tirando de tu brazo cuando la tormenta hace temblar cada cimiento de tu piel.

Yo moriré acompañado por los míos, rostros y miradas que he cruzado en esta vida. Seres extraños que me interpelaron, cercanas presencias en la batalla, en el fango, en esta caminar.

Yo viviré con la certeza de los gestos eternos, las experiencias de vida, y las risas que nunca cesan.

Gracias a todos, a los ausentes, y a los presentes, a los que me acompañan a cada paso desde Garenmarkt a Dijver, a los que me compran las galletas, a los que no me dejan atrás.

A los que confían en mí, a los que me ponen en tela de juicio, a mis chicas españolas, a los polacos, malteses y alemanes, a los italianos. Incluso a la cabra de Alcañiz.

James Bond morirá solo, mirando desde su rincón, envidioso y envejecido, el privilegio de esta vida, que caprichosa y olvidadiza, incluso violenta y convulsa, sigue ofreciéndome tanto...por lo que seguir, por lo que vivir.

sábado, 3 de mayo de 2008

La calle

La calle estaba desierta,
tan solo una sombra,
la mía.
La calle estaba silenciosa,
tan solo unos sueños,
unos versos escritos
en noches en vela.
La noche temblaba
de la emoción
de la velada eterna,
de la melancolía de vidas perdidas.
La calle llamaba a oscuras,
a las esperanzas que no volvían,
a las verdades a gritos,
a los graffitis en soledad.
La calle lloraba sangre
por los días amargos,
por las vidas expiradas,
al cruzar cada rincón.
La calle, eternidad imperturbable
de rostros,
que nunca retendrán
el aroma de su piel.

La Noche

Me gusta la noche,
su silencio, su calma.
Las almas errantes
que deambulan por sus calles.
Los gritos, la melancolía.
Me gustan las historias
de los amantes,
de los perdidos
tras cada muralla;
soledades eternas
vidas que se cruzan.
Me gusta la desnudez
de la noche y su eternidad
implacabla de luces
que no cesan;
duermevela desesperada
del que añora el perdón.
Esa noche,
alegoría del tiempo,
ladrona de vidas
nacidas, arrancadas, temidas
entre la oscuridad
de estas calles.
Me gusta la noche,
su libertad,
su certeza,
¿su realidad?

miércoles, 23 de abril de 2008

Ahí esta la poesía, de pie contra la muerte

Acaban de repartir de nuevo otro Cervantes. De nuevo un poeta de los de trincheras y vidas desarraigada. De los que probablemente no hubieran elegido su vida, pero la afrontaron, Juan Gelmán. La verdad, no he leído nada, pero su discurso, al ojearlo, me dan ganas de leer.
Ansío también escribir. Me falta. Como decía Gelmán: "el poeta no vive para escribir, escribe para vivir".
Este año, con su intensa vida y esfuerzo, sus experiencias, es único. Pero la poesía no ha cabido. El bloqueo, la vida que pasa, ha mitigado mi poesía. La quiero recuperar, pero aún quedan dos meses de centrarse, y luego será mía. Leer hasta el amanecer, leer lo que nos llena el alma y el cuerpo, escribir versos perdidos, de ésos que nadie lee y el hombre se arrepiente.
Tengo ganas de albergar una mirada, un instante de paz, la vida sencilla. Tengo ganas incluso de recuperar ciertos lugares, ciertas conversaciones, ciertas voces.
La vida de este año ha sido inimaginable, impresionante, un "año de vida sin parar". Hay gentes con las que me mezclé en las trincheras, gentes que me aportan cada día muchas cosas.
Pero no nos olvidemos, HAY OTROS TAMBIÉN.
A ellos, por los silencios, las lejanías y las conversaciones que no tuvimos,
para ellos va mi pensamiento presente.

sábado, 19 de abril de 2008

Soledad y desesperanza





Todo está en silencio. Ella se levanta lenta, sin muchas fuerzas. La cara permanece quebrada. El cuerpo no responde. Ni las palizas de ayer, ni la soledad eterna en que se sume su vida. Nada queda ya en su interior que pueda sosegar su alma. Nada que le dé la esperanza debida. Tan sólo le queda un suspiro, un leve susurro que le ayuda a vivir. Ansía una salisa, pero puede que no sea suficiente. Ansía la libertad, huír para siempre, al fondo del mundo, donde nada la ate, donde nada le apriete el cuello. Donde el amor y la libertad existan más allá de su televisión. Tan solo desea ser. Humanidad desgajada a raudales por sus poros, belleza en la inmensidad de su mirada. Miedo, demasiado miedo ha vivido. Una vida robada, con engaños y malas artes. Un ser humano expropiado de su más preciado derecho: la dignidad.

(Homenaje y consciencia de las miles de mujeres que son explotadas y tratadas como mercancía en el mundo. Cifras inexactas, difíciles de calcular, que dan miedo calcular por los gobiernos, pero caras, almas y cuerpos que sufren a diario. Un informe incompleto estimaba que sólo en Francia eran más de 10.000 las víctimas anuales de este crimen organizado)

Los vaivenes

La vida tiene vaivenes, una acción conlleva una reacción, y a veces no somos conscientes de la cadena que lleva una acción, ni el poder de un paso. En este lugar, en este año, en este mes, ¡en un instante cambian tantas cosas!
En tres días puede cambiar tu vida, en unos minutos complicarse, todo en el fondo es frágil, inerte, pero eterno. Una certeza inmutable de que mucho queda ajeno a nuestro control.
Pero una seguridad de la necesidad de transmitir luz, energía y esperanza, en aquellos que nos rodean, en los vaivenes de la vida. El sentido del humor sigue siendo la última frontera, lo que nos queda más allá cuando todo se nubla, y el vaivén azota nuestra nave, y el cielo se nubla.
Quizás sea una locura, o un optimismo extremo, pero el espíritu, y esta alegría me han guiado por más de un mar en tormenta, y me han conducido a entender más a este ser humano, pendido de un hilo, solitario y superviviente, que mis cruza en cada vaivén.

Humildad

A veces, en el flotar de este mundo, donde nuestras preocupaciones más fuertes son un examen, un trabajo o el estrés de la gran ciudad, nos olvidamos de tantas cosas...
De aquéllos que luchan por sobrevivir, postrados en una silla, o trabajando de sol a sol. A veces nos olvidamos de nuestro privilegio, y de la suerte que baña nuestros días.
Y a veces llega ese momento, ese golpe soberbio y recio, de la vida, o del destino, que nos hace pensar. Reflexionar, recuperar la humildad, tener empatía con otros, los que están en peor situación, aquéllos que miran cara a cara la vida, los de los verdaderos problemas.
Jorge Peña viene a mi cabeza en ocasiones, aquel peruano errante, recogiendo basura en los muelles de Ilo. La certeza de su vitalismo, la violencia del daño que le hicieron. Jorge Peña inspira, en ocasiones mis pasos, cuando todo se silencio, y en un segundo, todo este año se difumina, y pienso que en su soledad, el sigue luchando por sobrevivir.
Quizás lo más enigmático de esta vida sea eso, las diferencias, las suertes y des-suertes en que nos colocó la vida. Valorarlo, entenderlo es un paso. Sentirlo, ser consciente. Humilde con lo que tienes, certeza de la suerte, que se te dio.

miércoles, 6 de febrero de 2008

‘On ne doute jamais trop, quand il s’agit de l’Etat’,
(Bourdieu)

domingo, 3 de febrero de 2008

Calma




CERTEZA

El ruido de fondo lo inunda todo.
Nos olvidamos. Todo se desmorona
a nuestro alrededor.
Quebrado el silencio,
la rutina queda,
el leve crepitar
de fantasmas y naufragios,
circulando impunes
ante nuestros ojos.
Incertidumbre
que todo entorno difumina
en abismo el horizonte.
Y pese a todo amanece en calma,
seguimos vivos,
en silencio,
luchando mano a mano
desnudos ante la tormenta
que aún no pudo
hundir nuestra fe.
Seguimos en pie
tras tanto asalto,
con las fuerzas intactas,
y una imperfección humana
que nos hace imbatibles.
El miedo a la caída
naufraga ante cada reto,
ante cada pisada en la arena,
erguidos ante nuestras derrotas.
La certeza reside en que seguimos
buscando respuestas,
sin olvidar las recibidas,
escudriñando la línea
del horizonte,
viejo conocido del navegante
que no le teme,
pero le respesta.
Confianza de las tierras
pisadas,
de las batallas ganadas
que aún residen en su piel.
un navegante que no olvida
ni la incertidumbre
ni lo aprehendido en su piel:
la certeza de su victoria pasada,
de naufragios que le recuerdan
que aún sigue en pie.

El Tiempo, entre enemigo y aliado

Seguiré creyendo que el tiempo es siempre nuestro peor enemigo. Él es el único que ha podido hundir imperios y colosales monumentos, es el único capaz de derrotar a los más poderosos de la tierra, y lamentablemente nos hace ¡tan frágiles!.
Pero el tiempo también nos trae las esencias de lo que somos. Nos recuerda nuestras derrotas, pero nos mantiene en la esperanza de los triunfos pasados. El tiempo coloca cada cosa en su lugar, incluso nuestros miedos y dudas, infundados resquicios de nuestras debilidades.
El tiempo, su existencia y nuestra consciencia, nos trae el aroma de la confianza en nosotros mismos, y en la certeza de que todo pasará: los éxitos, y las derrotas.
Tener confianza en uno mismo, por la certeza de que el tiempo ha dado prueba de nuestras capacidades, de nuestas alegrías. No somos unos niños que con mirada dulce y tierna se enfrentan a la primera batalla, al primer desafío. Somos personas con miradas recias y sobrellevando a cuestas alguna derrota, que son consciente que al final de la jornada, el balance ha sido positivo y que albergan el miedo infudado siempre nos ha retrasado en el camino.
Confianza, lo es todo. Mirarse tranquilo, conociendo el miedo porque ya lo sufrimos y lo vencimos. No dejándonos caer por desesperanzas ya viejas y conocidas. El tiempo nos dio la razón y no nos dejamos paralizar por la abismal incertidumbre, sino que seguimos, caminos y si alguna vez caemos, nos levantaremos.
El tiempo ya nos dio la razón antes, ¿por qué no nos la ha de dar de nuevo?

jueves, 10 de enero de 2008

La Frontera

Sentirnos más allá de este lugar,
errantes en nuestra piel,
lejanos en nuestro ser.
Luchar y desfallecer,
perder la fe,
encontrarla.
golpear la arena
que baña nuestros pies,
eternidad y desencanto,
certeza e inseguridad
todo lo que nos hace tan humanos,
lo que nos hace tan frágiles,
lo que nos mantiene en guardia
en esta frontera.