Hace tiempo que no escribo y "ça me manque". Tengo ideas rondando mi cabeza pero no tengo tiempo o ganas. La vida a veces nos agota, y en este mundo de ritmo trepidante a veces se pierda la poesía y la esencia.
Lo que más me impacta de mis últimos días es una reflexión sobre el vitalismo. He cruzado mis pasos con diversas personas y últimamente soy más consciente de las luces y sombras.
En este mundo privilegiado donde muchos problemas no lo son, donde la supervivencia no es luchar por un pedazo de pan entre esteras en el desierto de la pampa, nos quejamos y ensombrecemos nuestros pasos.
La gente se queja de la lluvia incesante o es negativa. Se pierde la confianza, que es todo lo que tenemos, y transmiten oscuridad. Quizás deberíamos ser más vitalistas, por lo que tenemos, por lo que somos y recuperar la confianza en nosotros.
Si no confías en ti, de qué serviría todo? Porque ya nos hemos probado, nos conocemos...
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