lunes, 28 de junio de 2010

Viento



El viento azota Madrid
en esa melancolía de invierno
que no cesa con su sombra alargada;
en ese sentimiento de tristeza
reflexiva certeza existencia.

Entre el batir de las amas
de los árboles, mis fantasmas
se van o vienen,
me he olvidado del recuerdo
del sonido,
si entra o sale la metralla,
a qué huele la pólvora
de las batallas perdidas.

El viento azota Madrid,
de nuevo, arrebatándonos
la primavera que no fue,
el invierno que se marcha
arrancando sonrisas,
los recuerdos frágiles,
helando conciencias y cuerpos.

El viento azota Madrid
y uno se pregunta
si viene o se va,
si está fuera;

entre las calles de cristal
o viene de dentro,
de la melancolía de mis días tenues,
del circular de mis venas,
del eterno retorno
de paisajes perdidos
entre incierta rutina
en esta gran ciudad.

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