Hace un tiempo leí una noticia sobre una red de prostitución que había caído en una operación de la policía española. Los arrestados minaban la voluntad de sus rehenes, obligándoles a prostituirse amenazándoles con "destruir su alma".
Como si el alma pudiera tocarse, o su dignidad dinamitarse. Como si la maldad del proxeneta pudiera acabar con ellas, aunque lo intentan. La dignidad, el honor, la libertad la recuperán completamente algún día, cuando denuncien, se rebelen, y vivan la vida que les prometieron cuando les introdujeron en España, saliendo de la pobreza de un país para llegar a la esclavitud de otro.
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