Hace poco he vuelto a recordar esa gran verdad, que creo sigue manteniendo una ONG, no estoy seguro cuál: "Si no lo contamos, no existe".
Es verdad, hay un trágico silencio en este mundo. Todo se basa en el sistema, y lo que hay fuera no existe. Lo que no sale en la CNN, El País, The Guardian, The Washington Post, El Mundo, Le Monde, no existe. No ha pasado.
Mueren millones en las guerras que nuestros antepasados crearon, y se mantienen. Pero nos asusta la gripe A, que se lleva unas cuantas vidas por delante. Somalia sigue en guerra, y nadie se pregunta el por qué.
Unos hombres abusan de todo, de la confianza dada, del tarro del poder, de nuestros sueños y miedos, del sudor de nuestra frente, pero no pasa nada. A veces se desborda el vaso, y nos movemos. Nos indignamos, actuamos. Pero son las menos.
Dicen que en las dictaduras el gobierno controla al pueblo y en las democracias el pueblo controla al gobierno.
El mundo es un lugar extraño en el que pasar los días, y la vida sigue aunque mueran 228 inexplicablemente en el océano, pero parecen más cercanos que los olvidados de Georgia.
El silencio lo cubre todo, salvo lo que los medios iluminan y vociferan. El resto no existe, ha desaparecido, o nunca fue.
A veces con solo pensar que la mitad de la oscuridad, fuera verdad, ya sería escalofriante.
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