domingo, 1 de noviembre de 2009

Esperanza, maldad y educación

Hay maldad
en este mundo,
en el corazón de los hombres.
Nos odiamos, ¿siempre lo hemos hecho?
Uno se pregunta si hay esperanza
para la humanidad en su conjunto.
Para algunos hombres la hay,
no hay duda.
Siempre hay justos en sodoma.
Pero, ¿y el odio, la envidia,
la mirada negra,
la zancadilla para caer?
¿Y aquéllos que sólo quieren
ver arder el mundo,
sufrimiento y desazón?
Ellos no nacieron pirómanos,
no desearon el mal,
no soñaron con esta humareda.
¿qué falló? ¿qué falla?
¿qué salida queda en la educación?
Pues es la última frontera,
el punto desde el que retornar.
Me pregunto si hay esperanza
para la humanidad, me refiero.
Me pregunto hasta dónde
te remangarían la camisa,
hasta qué altura
del barro
llegaría tu esperanza.
Me pregunto cuándo nos pondremos
manos a la obra,
a creer en el cambio, a ser el cambio.
Me pregunto si no será
como la paz,
que no hay camino para la esperanza,
porque la esperanza es el camino

1 comentario:

Anónimo dijo...

La esperanza es un sentimiento que brota de una acción: esperar. Así que el único medio de obtener esperanza es actuar, ponerse en camino: dar, aceptar, amar, confiar, no retroceder, tender la mano al que está en el lodazal (aunque te arrastre consigo)... y si hace falta, volver a empezar de nuevo. Cuando actúas la esperanza emerge espontáneamente.